domingo, 3 de enero de 2010

No lloro por vos. Mejor dicho, no lloro por mí. Lloro por vos. Lloro de la impotencia que debés sentir por no poder sentir. Lloro de lo adormilado, de lo anestesiado que debés estar. Lloro las lágrimas que quizás nunca te salgan. Total, a mí me salen fácil y tengo para repartir.

Lloro del amor que no sentís. Lloro por no haber logrado que sientas. Lloro por lo que tendría que pasarme para que reacciones. Lloro por vos ahora porque probablemente se me acabe el llanto y me empiece el amor antes de que te des cuenta de que me dejaste ojos de vidrio.

No hay comentarios: