domingo, 27 de abril de 2008

just Geor

Ella
tan bella.
Con su hermoso aura
bañando
regando
luz
sobre todo lo que tiene la fortuna de ser tocado por sus ojos.
Por su sonrisa.
Sonrisa abierta
fresca
sincera.
Sin embargo
a veces
el infortunio se apodera de ella y su mundo.
Sus ojos no riegan.
Su sonrisa es mueca.
Un feo
maldito gris
se apodera.
Se afila.
Se le mete contra su propia voluntad.
Y le llega al corazón.
Y su mundo parece derrumbarse.
Pero no.
Ella
bella
no lo permite.
Y su fortaleza es más.
Y aunque el gris parezca filoso
ella respira.
Y sigue respirando.

jueves, 17 de abril de 2008

.fuiste.esto.fuiste.


Anochecer de un soñador

Él
tan joven y tan antiguo
nació en este tiempo
bailó en otro.
Dice haber vivido
en ese mundo
de bandoneones y tacos altos
de faroles y dos por cuatros
de elegancia y de verdades.
Dice haber bailado
al compás de los adoquines
y de esas calles de Buenos Aires que tienen ese qué sé yo.
De milonga en milonga
con locas y no tanto
con malevos y arrabaleras.
Indiferente del tiempo.
No quiere décadas de hielo.
No quiere cuerpo de arcilla.

Yo lo conocí
en una estación de mi camino
en algún momento
entre ayer y pasado mañana.
Él me rozó con su sombrero
y me dejó estática
en dirección hacia su nada.
Afortunadamente
me recuperé.
No sé si mucho o poco después
o antes.
Y proseguí
en dirección hacia mi todo.

lunes, 14 de abril de 2008

Mi lunática




















La realidad te superó
mi hermosa amiga.
Y te dejó en banda
da.
Tu fuxiedad estalló en un big
que de bang y de ben
te dejó una estela
sabor montaña con dulce de leche.
"Si no terminara no sería especial"
me dijo ayer una película.
Puede
que tenga razón.

Después de todo

Y sin embargo

(cómo duele)

domingo, 13 de abril de 2008

Tengo que desnaturalizarme
para que se me vaya esta anestesia.
Tengo que extirparme de a poco
esta falta de reacción
para volver a sentir
la causa.
Tengo que dejar las panorámicas
y volver al foco selectivo.
Tengo que tirar los “tengo que” por la ventana
y empezar a querer.


Dejar el zapping por un rato
y tirarme a la pileta.

domingo, 6 de abril de 2008

Es el dueño del tiempo. Una vez se ahogó. Una vez burló las agujas y la ausencia de aire. Cuatro minutos esperó. Nunca había aguantado la respiración más de treinta segundos, pero ese día decidió que el tiempo cronometrado no existía, dobló las agujas y resistió. Y sobrevivió. Ahora es el dueño del tiempo, el director de orquesta de los segunderos desterrados de sus números.