domingo, 3 de enero de 2010

Ensayo. Tema del día: el subte.

En el subte viajamos enfrentados. Dos líneas. Y sin embargo es raro, inusual el contacto visual con alguien, ni siquiera con alguien que se tiene enfrente, que sería el recorrido lógico de la mirada al estar uno sentado frente a otro.
Miro sus manos, sus pies, su maletín, mochila, cartera, su celular. Como mucho, me atrevo a mirar a quien duerme o está lejos o no me mira. Sólo me animo a mirar a alguien cuando varios más lo hacen, lo que significa que es un “permitido mirar”, por ser vendedor, loco o simplemente extraño. Leo el diario o libro del vecino ocupante de asiento, pero no leo sus ojos.
A veces, me aventuro al reflejo en la ventana.

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