jueves, 10 de julio de 2008

Pensamiento afuera, carajo.


La nave despoblada invade. Cae sobre la quinta verde del quinto gorro del séptimo infierno y se hace la celeste luminosa cuando en realidad es una real bitch sin diamantes ni lucies ni luces que la apaguen o iluminen como el camino a San Diego, a Luján, u otros caminos más interesantes, reales y menos conocidos. Y definitivamente menos transitados por muchos. Todos vienen, todos van, nadie mira. Sólo el escándalo. Sólo un suicidio, genocidio, parricidio o cualquier otro de esos masivos hace a la masa que quedó viviendo abrir su insulsa boca para decir “¡oooh!” haciendo “oooh” con la boca, con los ojos, y hasta con los agujeros de la nariz, pero volviendo a contraer y contraerse y retraerse cuando el masicidio tiene unos días de sucedido. Y vuelven a contrariarse con sus pequeños contras, sin tomar lo que no les da la televisión o el diario en rojo y mayúscula. Rojo y mayúscula. ¿Por qué sólo rojo y mayúscula? ¿Por qué no verde? ¿Será que verde es el color de la esperanza, la cual no tiene cabida para los catastrofistas que gobiernan nuestras cabezas? ¿Por qué mayúscula? ¿Es que una delicada y fluida cursiva, minúscula, sólo se dedica a invitaciones de casamiento y algún que otro poema?

1 comentario:

Mel dijo...

Yo sigo escribiendo en cursiva de 4to grado, asi que soy re buena.